La ambivalencia es un estado común en los seres humanos; tener sentimientos encontrados ante una cierta circunstancia, puede ser un fenómeno habitual que debemos aprender a reconocer. Vivimos la vida en forma cíclica y sin darnos cuenta, al final de cada ciclo, tendemos a hacer reflexiones, balances. El fin de año, así decretado por el calendario gregoriano, implica no sólo la celebración de la navidad, sino el cierre del año. Y con ambas fiestas el balance necesario.

Las celebraciones de fin de año pueden implicar diferentes sentimientos, y los mismo eventos pueden tener una valencia positiva o negativa según como decidamos vivirlos:

Desde la perspectiva positiva, puede ser una época de gozo para quien lo vive desde una perspectiva religiosa, o como una ocasión para reunirse con sus seres queridos. También la comida puede jugar un papel importante, como la ocasión de degustar alimentos con una carga emocional específica.

Desde la perspectiva negativa, tales celebraciones pueden vivenciarse de una forma diferente, como puede ser:

  • De una manera “nostálgica”, en ocasión de recuerdos de eventos pasados vividos o de seres queridos que ya no están. “Todo tiempo pasado fue mejor”
  • De forma “culposa” cuando se hace un recuento de las dificultades que se han tenido a lo largo de todo el año, las financieras, las académicas, las sentimentales. “podría haberlo hecho mejor”
  • De forma “de excesos” ya sea en el consumo de alcohol o de alimentos. Es una época en la que todos nuestros sistemas de autorregulación, se ponen en pausa. resulta estresante para los familiares y compañeros de trabajo. El exceso en la ingesta de comida, puede significar para muchos un estrés adicional por el aumento de peso. “Navidad es una idea que para un número importante de gente le cae mal”
  • De forma “estresante” cuando las celebraciones se viven de acuerdo a una serie de expectativas no realistas, a veces propias, otras más bien externas. Toda la mercadotecnia navideña, los estereotipos de lo que debiera ser se contraponen con la forma en que muchas personas lo viven. No creerse el comercial navideño puede ser de gran utilidad.
  • De forma de “aislamiento” cuando muchas personas ante la dificultad de lidiar con le época, optan por aislarse lo cual puede implicar la presencia de depresión

El número de consultas médicas y psicológicas aumenta en esta época del año; las personas pueden reaccionar ante esta época sólo con momentos pasajeros de nostalgia, tristeza o leve ansiedad, o bien puede que tales estados emocionales, se conviertan en entidades clínicas que requieren tratamiento, la principal de ellas la depresión.

Consejos útiles que te ayudarán a ver de otra manera la época navideña:

  1. No te creas el gran comercial navideño
    La Navidad va más allá de las grandes decoraciones, las familias increíblemente felices y los regalos caros. No caigas en la trampa de verte excesivamente perfecto o sentirte extasiado como en los comerciales. La Navidad según los centros comerciales y los grandes escaparates es sólo parte de una estrategia comercial.
  2. Organiza nuevas tradiciones navideñas
    Si a lo largo de este año perdiste a alguien y es el primer año sin esa persona, date el chance de extrañarlo naturalmente. La tristeza en estos días puede ser un sentimiento totalmente normal y es mejor honrar la memoria de esos que se han ido.
    Una buena idea es que inventes nuevas tradiciones navideñas: esto ayudará a tu espíritu y a que la época pueda seguir siendo una buena oportunidad para celebrar.
  3. Pon atención a la dinámica familiar
    Con mucha frecuencia (y aunque parezca irónico), tu familia y amigos pueden ser el origen de tu depresión navideña (aunque las películas y los comerciales te digan exactamente lo contrario). Tal vez no puedas cambiar la dinámica de tu familia, pero al menos deberías de tener presente qué aspectos de esta dinámica son los que puedes reconocer como nocivos. Elimina o acorta todas esas experiencias que te generen estrés: compras navideñas de último momento, exceso de “compromisos”, no veas a quien no quieres.
  4. Busca ayuda profesional
    Si los síntomas de la depresión navideña son severos, si sientes que los síntomas de la tristeza son intensos; si pasan varios días y continuas sintiéndote muy triste, es tiempo de buscar ayuda. Lo mismo aplica si alguien en la familia o de tus amigos lo ves hundido. No esperes hasta que sea demasiado tarde.

#EligePediraAyuda
Escrito por: Dr. Aldo Antonio Suárez Mendoza